Calas de Pachs apuesta por el uso de energía verde

La compañía con sede en Pacs del Penedès redujo el año pasado un 50% las emisiones de CO2 por tonelada de combustible

El grupo Cales de Pachs apuesta desde 2006 por la sostenibilidad en sus procesos de producción. Ya hace más de una década, la compañía adaptó la maquinaria de los dos hornos que usa para calcinar la piedra caliza y posteriormente convertirla en cal, con el objetivo de hacerlos funcionar con energía verde.

Durante el 2020, uno de los dos hornos que hay en las instalaciones de Pacs del Penedès -una de las tres sedes que Cales tiene en España y Portugal-, trabajó sólo con biomasa. Esto permitió a la empresa cerrar el ejercicio con una reducción del 50% en las emisiones de CO2 por tonelada de combustible.

Desde que se reconvirtieron los hornos, Cales de Pachs ha usado diferentes tipos de combustible sólido: posos de café, serrín, hueso de uva, y más recientemente, hueso de aceituna. Una de las características de estos productos son la proximidad de los proveedores que los suministran, con el fin de conseguir también la sostenibilidad en el momento de transportarlos.

Vuelta a los orígenes

El uso de la biomasa en el proceso de fabricación de la cal no es nuevo. Hace siglos, buena parte de la cal se producía en hornos artesanales construidos a la montaña por los maestros caleros, que se nutrían de restos vegetales para conseguir la temperatura necesaria para la calcinación. Cada hornada tardaba entre un mes y un mes y medio en estar lista.

En el Penedès todavía quedan algunos ejemplos de estas construcciones, que también usaron los antepasados ​​de los fundadores de Cales de Pachs. A mediados del siglo XX, la industrialización de los procesos productivos relegó estas construcciones de piedra seca al olvido, aunque los últimos años se han recuperado toda Cataluña.